jueves, 5 de junio de 2008

Los procesos de mediación (2ª parte)


Modelo histórico-cultural para el análisis de la mediación

Tomando como elementos de apoyo algunos de los conceptos anteriores e incorporando una serie de constructos aportados por la perspectiva histórico-cultural, se propone, a modo de síntesis, un modelo que nos permite representar un conjunto de procesos psicológicos, que están a la base de la construcción de nuestro pensamiento, y en último término de nuestra propia identidad individual, tal como queda representado en la figura 2.

El punto de partida lo constituyen las pautas socioculturales, todas aquellas claves que nos permiten incorporarnos a un grupo social con unas determinadas características y que utiliza un conjunto de instrumentos culturales muy precisos y determinados; en muchas ocasiones promovidos por las instituciones (la familia, el centro educativo, los grupos de amigos, la televisión, los libros, los videojuegos, etc.). En una primera fase, el concepto de dominio se refiere al control de aquellas habilidades que permiten un uso básico de los instrumentos culturales. Los componentes de intermediación entre esas referencias externas y el individuo serían los niveles interpsicológico e intrapsicológico que son conceptos ineludiblemente vygotskyanos, y que se vinculan precisamente a esos procesos dependientes entre sí que identificamos respectivamente como procesos psicológicos básicos y procesos psicológicos superiores. El nivel interpsicológico nos da el soporte para esas capacidades básicas que apoyan lo que luego vamos a denominar inteligencia o procesos psicológicos superiores. De tal manera que en ese nivel interpsicológico debe llevarse a cabo un proceso inicial de dominio de todas esas pautas socioculturales. El recorrido termina o culmina en la internalización, que vendría a ser la reelaboración personal de todos esos elementos externos. Los procesos de apropiación suponen una primera fase vinculada al manejo de instrumentos; la apropiación suele generar resistencias y tensiones que exigen una adaptación. La privilegiación, permite optar por determinadas posibilidades de lo que me he apropiado; de todo lo que aprendo no utilizo todo, sólo determinadas cosas en función de circunstancias, contextos o situaciones. El siguiente paso, la reintegración ya está bajo el paraguas del nivel intrapsicológico. Aquí, se inicia un proceso por el cual la persona aplica de forma autónoma lo aprendido a nuevas situaciones diferenciadas, acudiendo a nuevos contextos para probar lo que anteriormente consta que ha funcionado en una situación concreta y que ha sido aprendido con apoyo externo.

Para poder transitar por los diferentes niveles, es fundamental la acción mediada. Y esa acción mediada sólo es posible a través de los instrumentos culturales como el lenguaje oral y escrito, la representación pictórica, los lenguajes audiovisuales, los lenguajes informáticos o la narrativa virtual. Se trata de un recorrido que además es permanente, ocurre durante toda la vida, no es un proceso que, como hacen determinadas teorías evolutivas, señala un escalón final, un determinado estadio que culmina un proceso. Pero no es sólo un recorrido de lo externo a lo interno, de lo social a lo individual. El carácter necesariamente dinámico que está en la base de esta concepción toma forma a través de otro proceso más, que denominamos exteriorización. Basado en algunos trabajos de Leontiev, hace referencia a la producción o aportación del sujeto hacia el ámbito colectivo a partir de sus propias elaboraciones, lo que facilita la actividad en colaboración (Daniels, 2003).

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